Decálogo para una comunicación de la ciencia con perspectiva de género

El tema del Día Internacional de la Mujer de 2023 es Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género.

El mundo que nos rodea incide y moldea el desarrollo y el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Por ello, las TICs pueden contribuir a perpetuar e intensificar perjuicios y conductas discriminatorias prevalentes en nuestro entorno. Así, para conseguir un mundo digital inclusivo es necesaria la acción desde distintos ámbitos.

En este contexto, por ejemplo, los medios de comunicación juegan un papel esencial en este propósito de alcanzar la igualdad. Por ello, el pasado 9 de febrero, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, se celebró en Bilbao la jornada Género y Comunicación de la Ciencia donde, desde diferentes aspectos, se reflexionó sobre la manera de implementar y mejorar la perspectiva de género en el ámbito de la comunicación de la ciencia.

Con esta jornada, desde la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, «Hemos querido pasar del binomio reflexión y denuncia, a otro binomio diferente: reflexión y acción». Muestra de ello es el decálogo que se presenta hoy: Decálogo para una comunicación de la ciencia con perspectiva de género, donde se resumen las principales recomendaciones y conclusiones que, durante la jornada, se aportaron desde las diferentes ponencias.

Decálogo

Ten en cuenta que las cosas han mejorado mucho y aunque estamos inmersos en un momento en que se percibe que las cosas van muy bien, que la igualdad está alcanzada, esto no es real. Cuando abordes la comunicación científica da importancia al aspecto cualitativo, no solo al cuantitativo. Por lo tanto, no tengas solo en cuenta cuántas científicas se nombran, sino cómo se las representa.

  1. Practica la comunicación responsable: no existe comunicación aséptica, por lo que se ha de ser consciente de que, si se realiza sin prestar atención a la perspectiva de género, puede ser contraproducente al reforzar sesgos y prejuicios.
  2. Sé consciente de que una investigación puede haberse realizado sin perspectiva de género y que, por tanto, los resultados pueden no ser generalizables. La perspectiva de género va mucho más allá de la composición de los equipos de investigación. Así, las preguntas planteadas son relevantes, ya que surgirán de lo que somos capaces de creer y esto puede depender del género. La perspectiva de género también afecta a la metodología que se use para obtener datos que permitan responder estas preguntas y a la narrativa que se cree para interpretar estos datos. La narrativa es tan importante como los propios datos: habitualmente un mismo conjunto de datos es compatible con varias narrativas.
  3. Marca criterios claros a la hora de seleccionar fuentes: acude a la fuente original, busca mujeres interlocutoras como expertas (aunque a veces la inmediatez apremie y sea más difícil que las científicas acepten colaborar con un medio) y prioriza los méritos antes que el cargo.
    No sólo contactes con científicas cuando haya efemérides o noticias sobre mujeres en disciplinas STEM. Esta práctica contribuye a invisibilizar los trabajos científicos de los que son protagonistas directas.
  4. Trata a las investigadoras con normalidad, igual que a un investigador varón: sin referencias a su aspecto, vida personal, origen, edad o cualquier otra variable que no esté relacionada con la propia investigación.
  5. Evita el uso de metáforas limitantes como “techo de cristal”, “carrera de obstáculos” o “agujero negro”. Utiliza expresiones que inviten a la acción.
  6. Identifica a la investigadora con nombre completo y apellidos, puesto e institución. El uso del genérico y las iniciales invisibiliza a las científicas.
  7. Crea protagonistas creíbles e imitables. Trata a las investigadoras según su mérito real, sin necesidad de que tengan que ser excepcionales, como no lo son la mayoría de investigadores varones.
  8. Emplea un lenguaje no sexista, inclusivo y no discriminatorio. Sabiendo que, inconscientemente, lo general se interpreta como masculino, huye del peligro de los términos neutros que terminan por invisibilizar a las mujeres. Evita usar flexiones como “x”, “@” o similares.
  9. Usa imágenes acordes al contenido, evitando aquellas en las que la presencia de la científica sea un mero “florerismo”. La protagonista tiene que aparecer en primer plano y mirando a cámara, sin necesidad de incorporar elementos que indiquen su actividad o competencia (bata, uso de instrumental, etc.).
  10. Al finalizar tu trabajo comprueba y reflexiona: ¿habrías tratado a un científico varón como has tratado a las científicas implicadas? Si la respuesta es negativa o dudas, relee el decálogo.

Los medios de información, quienes abordan labores de comunicación o trabajan en el ámbito de la difusión son agentes activos del cambio y la promoción de la igualdad de género. Por ello, este decálogo intenta aportar algunas estrategias para conseguir una mejor comunicación científica, una comunicación científica con perspectiva de género, que ayude en la redacción de los contenidos y contribuya al aumento de la presencia de las mujeres en los medios de comunicación.

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